Entrada 200 en la quietud arrinconada, especialmente dedicada, a una persona que hace tan sólo unas horas abandonó la única forma de existencia de la que tenemos certeza.
Un buen hombre que a pesar de tener mucho por decir, ya no emitirá una palabra más para nosotros. El mismo que luchó por recuperar la salud que le fue arrebatada, en un injusto acto de la vida. De esos, que utiliza para arruinarnos y darnos lecciones a los ingratos.
Él fue talentoso, amable, un excelente amigo, compañero de clases, y una divertida compañía en cualquier ocasión.
Me arrepiento ahora de no haber dicho más; de lo absurdo que es el silencio que evita tonterías; pues de las tonterías nacen mundos increíbles. Pero eso realmente ya no importa. No hay soluciones inmediatas.
Puede o no, ser necesaria la aclaración; si bien nunca fuimos amigos, si nos conocimos como compañeros de clase. Y hasta ahora solo he escuchado comentarios y anécdotas de las personas que le tenían en alta estima. Pues el talento, y carisma de Zamu no mermaron nunca su amabilidad y respeto hacía los demás.
Solo la muerte pudo limitar esa creatividad que se conectaba de sus sueños al lápiz; y luego en muchas otras ocasiones, de su imaginación a la computadora. De utopías a notas musicales.
Se nos fue un genio, pero sobre todo un ser humano. De esos pocos, que duelen profundamente. De los que de verdad nos harán falta.
Un buen hombre que a pesar de tener mucho por decir, ya no emitirá una palabra más para nosotros. El mismo que luchó por recuperar la salud que le fue arrebatada, en un injusto acto de la vida. De esos, que utiliza para arruinarnos y darnos lecciones a los ingratos.
Él fue talentoso, amable, un excelente amigo, compañero de clases, y una divertida compañía en cualquier ocasión.
Me arrepiento ahora de no haber dicho más; de lo absurdo que es el silencio que evita tonterías; pues de las tonterías nacen mundos increíbles. Pero eso realmente ya no importa. No hay soluciones inmediatas.
Puede o no, ser necesaria la aclaración; si bien nunca fuimos amigos, si nos conocimos como compañeros de clase. Y hasta ahora solo he escuchado comentarios y anécdotas de las personas que le tenían en alta estima. Pues el talento, y carisma de Zamu no mermaron nunca su amabilidad y respeto hacía los demás.
Solo la muerte pudo limitar esa creatividad que se conectaba de sus sueños al lápiz; y luego en muchas otras ocasiones, de su imaginación a la computadora. De utopías a notas musicales.
Se nos fue un genio, pero sobre todo un ser humano. De esos pocos, que duelen profundamente. De los que de verdad nos harán falta.
Te recordaré siempre con todo mi cariño, "Zamu"
Detrás del delineado negro y las pestañas alargadas, se esconde una pena.
La mirada desconcertada es el reflejo de una ventana por la cual no entrará más aire.
Ropas negras y mejillas ruborizadas, son solo la presunción de saberse bien vivo.
Pero ¿quién querría vivir con tanta verdad hecha poesía?
Con cabello cubriendo parte del rostro, para simbólicamente cubrir el desprecio hacía las imágenes de vida, pero ahora también hacía las de muerte.
Facturas que otros nos pagan. Vidas injustificadas, despedidas sorpresivamente injustas.
JUSTIFICAR
JUSTICIA
¿Para qué?
El dolor no se disipa.
NUNCA
Las oportunidades se pierden.
Los "hubiera" incrementan de forma proporcional.