Dos mentes confeccionadas a la medida, corazones que revolotean por todas partes recordando el pasado manchado de infortunio.
Un amor onírico que se enciende con la misma ansiedad con la que un adicto hace presa a su último cigarrillo.
Muchas manos amenazando con tomar las tazas que contienen el café; ese que conoce su destino dentro de las entrañas de quien le ha perdido el gusto a dormir.
Insomnio, cigarrillos, amor y café; temas recurrentes en cada uno de mis sueños poéticos.
Como en Hollywood…
¿El final será siempre el mismo?
Yo no fumo cigarrillos, pero ayer sí que tomé café para mantenerme despierto toda la noche, lo combiné con chocolote y Pepsi fea. Qué cansado me siento ahora, pero definitivamente que esos estimulantes son muy funcionales al punto de considerarse indispensables.
Definitivamante es un cliché eso del bohemio pretencioso de café y cigarrillos , peor cuando se le añade una boina y una bufanda en pleno calor tropical y para rematar unas clases de francés los sábados por la mañana. Qué horror! Bien que conozco ese tipo de patología, es un verdadero delirio de bohemio.