Lamentos que no lamento lamentar.
Que la negra profundidad de mis ojeras, sea testimonio digno de las noches que paso en vano pensando en tí.
Y que bien valga la pena, que mis ojos se lleguen a un hundir de cansancio, cuando yo, tuya, me canse de esperarte, AMANTE.
Que la negra profundidad de mis ojeras, sea testimonio digno de las noches que paso en vano pensando en tí.
Y que bien valga la pena, que mis ojos se lleguen a un hundir de cansancio, cuando yo, tuya, me canse de esperarte, AMANTE.
Como son las esperas, siempre nos ponen en una especie de estado de alerta indefinible.
Sentimientos y auras para usted.
Leyó:
Dioniso