Catriela Soleri

Me sumerjo profundo, bien profundo entre el humo de tus ojos de hierba. Una mirada, y mi respiración se detiene como víctima de tu horca.

Porque siempre es mejor perder que ganar, porque siempre se recuerdan las lágrimas, antes que las risas. Te llevaré siempre en mis sales.

Ándate al cielo en globo, dicen por ahí que existen cielos de mermelada, tan oníricos como tú y yo secando el tiempo con pinzas, en medio de paredes blancas.

Me enseñaste que las estrellas no se detienen, y yo siempre quise pedirte que te sentaras a observarlas, mientras la vida pasa. Porque es cierto, nunca se detienen.

Déjame moribunda, así me serás más fácil de olvidar. Aléjate ya de mi vida, precioso ser de las tinieblas, los reflejos, los contrastes y texturas.
2 Responses
  1. Jan Says:

    por què siempre les pedimos que nos maten? por què no matarlos nosotras?


  2. Creo que porque es más facil ser la víctima.. aunque en realidad el asesino termina siendo la víctima, al cargar culpas.
    En fin... prefiero que me maten.


    Y si, las lágrimas humedecen el corazón, cuando las risas solo lo agitan.