Catriela Soleri



Catriela Soleri
Absorta por la tristeza de saber que la etapa más in/feliz de mi vida concluye, escucho “canción en harapos” justo cuando termino una tarea de economía sobre temas que he estudiado durante más de dos años “Socialismo y capitalismo” y que a pesar de todo, sigo sin entender el porque de esta enferma sociedad materialista.

Leyendo comentarios en este blog, y notando la ausencia de estos en el
nuevo blog que abrí, pero no he difundido más que entre algunas personas (porque debido a la acumulación de tareas no he podido detallar), trato de olvidar la colitis que junto a los ojos llorosos por una razón desconocida, oprimen mi bienestar.

Pienso en todo el tiempo que he invertido deseando morir, siendo que en cualquier momento puedo morir de una forma absurda.
Hay momentos en los que deseo seguir viviendo de manera inconciente. He sido feliz, muy feliz en diversas ocasiones, ocasiones muy sencillas e improvisadas.

Aun no ingreso a la universidad, aun no se si me admitan, y ya estoy sufriendo la preocupación del desempleo.

Que mundo nos están dejando a los jóvenes para habitar….
Catriela Soleri



















Naranjasdulcesylcorazonespartidos.wav
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NOTA: Escucha el audio, y síguelo leyendo abajo.




Naranja dulce, limón partido,
Dame un abrazo que yo te pido.
Si fuera falso mi juramento,
En poco tiempo se olvidará.


Los cantos se interrumpieron de pronto, como si algo se hubiese atascado en la joven garganta que emitía monótonas y viejas notas musicales destinadas a infantes.


Pero pronto y para saciar mi expectante morbo, los cantos se reanudaron solo para concluir la canción.

Toca la marcha mi pecho llora;
Adiós, señora, yo ya me voy.



Alguien irrumpió en aquel salón y pronto el llanto de los niños inundó el ambiente estruendosamente.

Me levanté de la cama en la que había pasado cinco largos meses esperando palabras, palabras consoladoras, palabras de aliento, pero en la cual solo había recibido más comentarios, cargados de odio y rencor. Desde esa pequeña ventana, solo podía escuchar, más no ver, lo que ocurría en la casa de enfrente.
Y por primera vez en meses sentí ánimos de escuchar aquella música con que murió parte de mi alma, extendí un lienzo, pero noté que ardía dentro de mi un monstruoso apetito por escribir, y no por pintar, así que busqué un viejo cuadernito azul y tomé nota, al tiempo en que descubrí que la inspiración volvía, después de leer solamente lo que yo quería.


Catriela Soleri
Catriela Soleri
Catriela Soleri
Lágrimas contenidas que lubrican los ojos ardientes de dolor.

Ímpetu de la juventud que desborda sentimientos contrariados.

Andar lamentoso al compás de aquella autóctona melodía.

Que con autócrata decisión sobre los demás, cambió sus vidas…



De esos sentimientos que al final te dejan desfallecido sobre una superficie rugosa que lacera cada parte de tu ser, ahondando en el corazón, sin reparar en la sangre derramada.



De una mujer a la cual no le importa conocer sus razones, solo llora.

Y gritando imagina crueles planes para vengarse.

Pero se quedan atrapados en aquellas entrañas amargas y grotescas.
Catriela Soleri
Como quien ya no quiere pelear en la guerra,
Aquel hombre se venció y dejó el camino libre.
Con la cara y las ropas llenas de tierra,
Recorre solo el regreso como si fuese una liebre.

El amor perdió en un instante de pasión,
Pero no fue el quien cometió el error.
Su amada y su mejor amigo estaban en acción,
Lo traicionaron y no existe algo peor.

Y así, deseando olvidar su imagen y no volver a amar,
Maquiló un plan con vehemente sutileza:

Se arrancó con dolorosa fuerza cada ojo,
Y de este modo no la volvió a mirar.

Pero notó un inmenso despojo…
Cuando la sintió regresar…

Su corazón había regalado,
Y sin sentimientos se había quedado,
Por no haber esperado,
A quien lo seguía amando.
Catriela Soleri
(Doménico Bova)

Tu rostro sigue marcado
a través de tantos años
tu tristeza no se borra
tu valentía no se olvida.
Muchacho joven aún
de niño fuiste soldado
y supiste de la guerra
sin haberla deseado.
Las vivencias te dejaron
aquellos gritos ahogados.
Tu patriotismo no se mella
aunque fuiste derrotado.
Tu grito de libertad
en las islas usurpadas
se agiganta y da un abrazo
a todos como a un hermano.
Soldado que las quisiste defender,
tus camaradas allí quedaron,
desde el cielo hoy los cubre
un manto celeste y blanco.
Con emoción te agradecemos
soldado de las Malvinas
siempre en ti y en nosotros viven
nuestras islas argentinas.