Catriela Soleri
Durante la noche, el dolor por tu recuerdo se acentúa. Cierro los ojos, y reaparezco en aquella carretera, justo en la noche y en el kilómetro en el que nos sumergimos en una conversación sobre literatura y gatos.

Pase lo que pase, nada volverá a ser igual. Nunca volveremos a estar juntos, nunca la volveremos a pasar tan bien, y nunca probaremos la bebida intrigante de aspecto infantil, en el bar del baño sucio.

Esta vida no es vida. He empezado un dibujo, desde cero, y desde mi corazón. Y adivina a quién terminé dibujando. Por supuesto, no puedo dibujar a alguien que no seas tú, y jamás podré dibujarte tal como eras.