Catriela Soleri
Lamentos que no lamento lamentar.



Que la negra profundidad de mis ojeras, sea testimonio digno de las noches que paso en vano pensando en tí.


Y que bien valga la pena, que mis ojos se lleguen a un hundir de cansancio, cuando yo, tuya, me canse de esperarte,
AMANTE.
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  1. Como son las esperas, siempre nos ponen en una especie de estado de alerta indefinible.

    Sentimientos y auras para usted.



    Leyó:

    Dioniso