Catriela Soleri


Te busco en las sombras, y detrás de ellas; no estás aquí, y mucho menos allá. Te vuelves indetectable, inasible. Te corrompes, pero no lo haces evidente.
Perfectamente eres todo lo que no he querido, pero mi ser ilógicamente pide. Porque te deseo, y a diferencia tuya, yo dejo al descubierto cada uno de mis pensamientos.

Acumulo fuerza, luego, te la regalo. No la necesito si no estás a mi lado.
Fuiste, y sigues siendo; pero yo te convertí en alguien más. En lo que necesitaba.
Porque tus labios se protegen de los míos, como una manzana repudia el destino que le espera en el cadáver de un lechón.

Me descuidé. Quien realmente cambió no fuiste tú, ni ese suplente; fui yo, con toda mi inútil existencia. Con cada paso, con cada respiro, verso, grito, beso, y pincelada. Hasta con mis pocas visitas a Morfeo.

Me mentiste, y yo te espero.
Soy ingenua, quiero serlo.

Porque me conviertes en la más sumisa de las mujeres. Con todo inerte ante ti, excepto el corazón.
La música prestada resuena aún entre las hojas que me cubren del viento. Pero jamás de tí.


5 Responses
  1. Anónimo Says:

    la música siempre es prestada.
    la sumisión no es tu melodía
    la oscilación de una mentira,
    que se estira
    tan quieta
    algo arrinconada.
    Si no he dicho nada,
    si la verdad es siempre inestable
    es porque se torna in/detestable.
    Toco.
    Con guantes de viento a Mariana,
    enfundado en aire a CAtriela
    porque es mitad neurosis y
    mitad bella.

    (cuando se entra en ella)


  2. Es como si realmente supieras cuando te invoco.

    No importa entre cuantos versos te esconda, tú, te encuentras. Siempre.


  3. Anónimo Says:

    está hermoso, me encantó, creo que te pago la que sentiste por mi, ahora está yo la sentí. Muy hermoso...


  4. Anónimo Says:

    interesante...me gusta el blog..actualiza


  5. Jan Says:

    uff... estupido amor.gtzvk