Catriela Soleri

La vida está hecha de pequeñas cosas.
Y se disfruta hasta lo más simple.

Mar por ejemplo, disfruta del gusto y aroma del café.

Y para Ana no hay más gozo que el de escuchar las composiciones Bethovianas, y pausarlas en el momento cumbre, distraerse un momento, y después reanudarlas.

Lo hace con el fin de escuchar ese intenso momento como si fuese un inicio, pues siempre se ha preguntado ¿Por qué la música no es así? ¿Por qué no podemos disfrutar de lo máximo desde el comienzo? ¿Por qué no ir directo a lo emocionante?

Pero Mar, siempre con su aburrida sensatez le ha dicho que si lo emocionante llegara al principio y sin esfuerzo no sería apasionante, y por ende no se disfrutaría igual.

Y de nuevo Mar arruinó todo.
Ana odia que respondan antes que ella misma sus propias cavilaciones.
1 Response
  1. Anónimo Says:

    MAR y ana
    ,
    .. y el mar que está loco por Ana,
    prefiere no mirar,
    los celos no perdonan
    al agua, ni a las algas , ni a la sal

    Y EL MAR murmura en su lenguaje:
    maldito pescador,
    despidete de ella
    no quiero compartir su corazón....