
Este cilindro a veces ríe y goza, pero siempre hay residuos de la inmensa tristeza que un día depositaron en él.
Hay en las paredes, y hasta el fondo, capas irremovibles de angustia y desesperación.
En ocasiones, el cilindro se comporta por demás torpe, lo juzgan –y eso le hiere profundamente-.La gente no entiende que un contenedor de deshechos también sufre, y que veces con tan solo sentarse a su lado, para hacerle sentir que no apesta, podrían aliviar su dolor.
Meses después….
Ya no es posible almacenar tantos deshechos en un mismo lugar.¡Por favor! Que alguien mate a ese pobre cilindro.
creo que llevo algo parecido en mi pecho.